Desarrollan una terapia asistida con perros que evaluarán mediante un estudio clínico
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- Categoría: Interés general
- Publicado: Jueves, 10 Julio 2025 22:10

Los menores ingresados en la unidad de salud mental de Vall d’Hebron reciben una terapia que incorpora el contacto con perros
El Servicio de Psiquiatría del Hospital Universitario Vall d’Hebron y la Cátedra Institucional de Investigación Animales y Sociedad de la Universidad Rey Juan Carlos desarrollan una terapia asistida con perros que evaluarán mediante un estudio clínico.
La planta de hospitalización de salud mental para niños y adolescentes del Hospital Universitario Vall d’Hebron cuenta con un nuevo equipo de “terapeutas”: dos golden retriever —India y Musa— y tres jack russell —Odette, Opala y Xata—. Así, desde el mes de abril, los pacientes ingresados en esta unidad reciben una nueva terapia que complementa el tratamiento habitual y que incorpora el contacto con perros para aprender a identificar y regular las emociones. Además de reducir la ansiedad y mejorar la autoestima, la interacción con los perros proporciona información clínica y ayuda a romper el muro de desconfianza con el que llegan muchos pacientes.
La iniciativa es un proyecto conjunto de la Cátedra de Animales y Sociedad de la Universidad Rey Juan Carlos, dirigida por la profesora Nuria Máximo, y de la Sección de Hospitalización del Servicio de Psiquiatría Infantil y Juvenil, coordinado por el Dr. Marc Ferrer. Está financiado íntegramente por la Fundación Dingonatura y cuenta con la colaboración de la entidad Perruneando, especializada en intervenciones asistidas con animales, que ha entrenado a este equipo canino para acompañar a los pacientes.
Según indica la Organización Mundial de la Salud, uno de cada siete jóvenes de entre 10 y 19 años padece algún trastorno mental. La depresión, la ansiedad y los trastornos de conducta son las principales causas de discapacidad en esta franja de edad. En la planta de hospitalización psiquiátrica pediátrica de Vall d’Hebron, inaugurada hace dos años, la mayoría de los casos atendidos —aproximadamente siete de cada diez— están relacionados con conductas autolesivas y tentativas de suicidio. “Es una tendencia creciente que debe preocuparnos como sociedad”, alerta el Dr. Marc Ferrer.
Si entre 2005 y 2017 las autolesiones representaban el 20,4 % de los ingresos atendidos en urgencias de psiquiatría pediátrica, actualmente oscilan entre el 50 % y el 70 %. Aunque las autolesiones son un mecanismo para gestionar la ira, la frustración o regular el dolor emocional —sobre todo entre las chicas—, deben ser tratadas porque pueden ser el preludio de una conducta suicida. Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) y los trastornos del espectro autista (TEA) son las otras causas más frecuentes de ingreso. “Cada trastorno tiene sus particularidades: unos presentan dificultades para controlar los impulsos y otros para comunicarse, pero todos tienen en común una desregulación emocional, una dificultad para gestionar las respuestas emocionales. Y eso es precisamente lo que trabajamos con la terapia asistida con perros”, explica el Dr. Ferrer.
Como complemento a un tratamiento clínico individualizado, la terapia asistida con animales contribuye a reducir la ansiedad, mejorar la autoestima y controlar la frustración y la impulsividad, cuatro características propias de la desregulación emocional.
Entre los 14 y los 16 años, el punto álgido de la crisis de identidad
Muchos adolescentes ingresan cerrados en sí mismos y les cuesta confiar en los adultos. La mayoría tiene entre 14 y 16 años, una etapa en la que viven con mayor intensidad la crisis de identidad y pueden aparecer problemas relacionales. La profesora Nuria Máximo explica que “el vínculo con los animales nos ayuda a romper el hielo y facilita el trabajo terapéutico de los profesionales”. La base científica de esta conexión se conoce como “biofilia” y está bien documentada. La literatura científica ha demostrado que la interacción con los perros libera oxitocina, facilita la expresión emocional y ayuda a controlar la ansiedad y el miedo. También reduce el ritmo cardíaco y la presión arterial.
Para medir el impacto real de la terapia, se está llevando a cabo un estudio coordinado por el Dr. Marc Ferrer y la profesora Nuria Máximo. Los pacientes responden cuestionarios antes y después de cada sesión para evaluar la ansiedad, el estado de ánimo y otros indicadores. Se trata de un estudio interdisciplinario en el que participan la Cátedra de Animales y Sociedad de la Universidad Rey Juan Carlos y profesionales de Enfermería, Psicología Clínica y Psiquiatría. “La filosofía del Servicio de Psiquiatría es escuchar a los pacientes y hacerles partícipes de los tratamientos, y esta investigación nos ayuda a saber de primera mano si la terapia asistida con perros les resulta útil”, señala el Dr. Ferrer.
Aunque el estudio se publicará el año que viene, los primeros resultados ya son palpables. Las sesiones se realizan una vez por semana, los viernes, en grupos de entre 2 y 4 pacientes y duran una hora. “Los miércoles algunos chicos y chicas ya preguntan por los perros”, comenta Merche Rodríguez, supervisora de Enfermería del Servicio de Psiquiatría del Hospital Universitario Vall d’Hebron. “Y hemos observado que sus visitas también son beneficiosas para los profesionales”, añade. Teniendo en cuenta que los ingresos no se pueden prever y que la estancia media de los pacientes es de unos diez días —al tratarse de una unidad de agudos, el objetivo es que regresen a su entorno lo antes posible—, las sesiones no están diseñadas para tener continuidad en el tiempo. “Es una terapia estructurada para trabajar en una jornada la desregulación emocional, las relaciones sociales y la capacidad de mentalización: entender cuál es su estado emocional y cómo se relacionan con los demás”, explica el Dr. Ferrer. “Algunos pacientes harán dos o tres sesiones, pero la mayoría solo una”, añade.
Fuente: DiarioVeterinario.com