La resistencia a los antimicrobianos (AMR) definitivamente se convirtió en un problema mundial, pero su origen no es exclusivo del uso de estos en animales de producción.
Las advertencias sobre los riesgos de la resistencia a los antimicrobianos se han formulado desde los años cincuenta. Ahora, la situación es extremadamente compleja. No hay nuevos antimicrobianos disponibles para combatir microorganismos multirresistentes. Sin embargo, no hablamos de un enemigo nuevo, la resistencia a los antimicrobianos existe desde que existen microorganismos. Algunas bacterias producen antibióticos para defenderse de otras, incluso como señales, así, microorganismos no susceptibles al antimicrobiano pueden ser seleccionados y emerger como cepas resistentes. Un fenómeno tan viejo como la vida misma.
Los antimicrobianos en humanos se utilizan profiláctica y terapéuticamente. Es imprescindible mejorar las prácticas de prescripción. Hay que combatir la automedicación, fundamentalmente a través de la educación de los consumidores. Es necesario reevaluar el uso de antisépticos en el hogar. El comercio de antimicrobianos debe estar estrictamente regulado. El uso prudente y racional es un factor clave para el control de la resistencia.
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Fuente: Jorge Errecalde - Lanación.com