Desde que fuera implementado en 1993, es decir, hace 29 años, el 22 de marzo se conmemora el Día Mundial del Agua.
En 2022 las Naciones Unidas enfatizan la importancia de preservar un recurso finito, como es el agua subterránea, y por ello postulan como una necesidad “Hacer visible lo invisible”.
Entre las principales funciones de este recurso se encuentran la de regular el flujo de escorrentía, lo que significa que sirven de paso al agua de lluvia que se infiltra bajo tierra hasta que esta llega a ríos, lagos, estanques y humedales, entre otros.
Las aguas subterráneas siempre han tenido una enorme trascendencia, pero por ser “invisibles” su importancia no suele ser plenamente reconocida. Desempeñan una función vital en la agricultura, la industria, los ecosistemas y la adaptación al cambio climático, además del uso doméstico, por lo que su preservación es considerada un aspecto clave en la búsqueda del desarrollo sostenible.
De acuerdo con la FAO, alrededor del 70 % de las extracciones de agua subterránea en todo el mundo se destinan al sector agropecuario, para la producción de alimentos, ganado y cultivos industriales.
Las aguas subterráneas son objeto de sobreexplotación en numerosas zonas del mundo, en las que se extrae más agua de los acuíferos de la que se recarga naturalmente. La sobreexplotación y la contaminación pueden dar lugar al agotamiento de este recurso, comprometiendo importantes ecosistemas que dependen de estas aguas y amenazando con poner en riesgo el suministro básico de agua, la producción agropecuaria, la resiliencia al clima y la seguridad alimentaria entre otros.
Evitar los problemas de agotamiento de las aguas subterráneas exige una mayor capacidad de gestión y gobernanza en múltiples niveles integrados y en los enfoques intersectoriales.
En nuestra Facultad, desde la creación del Centro de Estudios Transdisciplinarios del Agua (CETA-FCV-UBA), en el año 2000, se realizan actividades de formación de profesionales, docencia de grado, posgrado y extensión y actividades de investigación y vinculación institucional, tanto a nivel nacional como internacional.
La incorporación en 2002 de la Maestría en Gestión del Agua, con una fuerte impronta interdisciplinaria, mereció el reconocimiento nacional y regional, junto con la acreditación de la CONEAU con el mayor puntaje (categoría “A”).
Profesionales del país y de la región se capacitan todos los años en ese ámbito con un objetivo común: realizar su aporte a una gestión integrada del agua, que contribuya a enfrentar los problemas locales sin descuidar los globales, enunciados bajo los Objetivos de Desarrollo Sostenible por las Naciones Unidas.
Más información sobre la Maestría en Gestión del Agua
Enlace al Centro de Estudios Transdisciplinarios del Agua (CETA)
Fuente: fvet.uba.ar